lunes, 10 de diciembre de 2018

Complicado

Querido Sergi:

En nada harán cuatro meses desde que no te veo.

Aún ayer me permití sentir lo mucho que te echo de menos, en el sentido de que me permití llorar por ello. Escribir por aquí o pasar por tu página en facebook... me duele.

Se ha fugado contigo una parte de mí y estoy esperando que regrese tras el oportuno tiempo de duelo que no sé cuánto durará.

Eras pura alegría y vitalidad y es como si ellas se hubieran ido contigo, incluso mis fuerzas, mi energía, mis ganas de pintar la vida, esa en la que no estás... tan siquiera escribirla.

Aunque amo a los otros peludos, tú eras especial... muy especial... y el corazón se me ha quedado tan roto. Ninguno puede sustituir a ninguno, y a ti, tan único tú, tan diferente tú, tan tú... absolutamente imposible. Lo llenabas todo con tu presencia angelical, con tu forma de ser tan entusiasta, con tu amor tan fiel y agradecido.

Trato de distraerme pero no lo consigo. Estoy sin chispa, sin ganas, aunque las ideas sigan sobrando. Hastiada de todo.

Me duele literalmente el corazón, no solo metafóricamente.

Se acerca la navidad... envíame de regalo alguna señal... algo que me haga saber que aunque no te vea, por algún lado corres feliz.

Con todo lo que sé y es como si no supiera nada. Te necesito... necesito volverte a abrazar, volver a olerte, tocar tu precioso y suave pelo, sentir otra vez toda tu ternura...



No hay comentarios: